Sorprendente la hazaña de este pequeño llamado Rocky, que hasta hace un año vivía su vida de manera tranquila en la ciudad vecina de Benidorm.
El verano pasado, sus dueños le perdieron la pista. Recorrieron todo
Benidorm, pero
Rocky había desaparecido. Esta semana, su dueña ha recibido una llamada de una protectora de animales de
Mataró (barcelona) diciendo que habían encontrado a su perro en una población cercana,
Sant Joan Despí (a más de
500Km de distancia de Benidorm).
La historia tiene un final feliz porqué que el can ya se encuentra de nuevo con sus dueños y está en buen estado.
Pero la triste realidad de esta historia la encontramos en la deficiente red que tenemos de identificación de los animales en nuestro país y vuelve a demostrarnos la necesidad de crear un censo para nuestros más fieles compañeros.
Los veterinarios que han visto a Rocky aseguran que el perro no ha vivido solo. Seguramente ha sido acogido por varias familias durante este año y no descartan que haya visitado varios veterinarios. Pero nadie se ha preguntado si esa familia era de verdad la suya.
Todos los que tengan un perro en casa, sabrán que en cuanto adoptas/compras uno y lo llevas al veterinario para que le hagan la primera revisión, lo primero que se hace es implantarle un chip en el cuello (nada molesto para ellos) que permite identificarlo en caso de perdida (como ha ocurrido en este caso). Pero los únicos que se preocupan de mirarlo son los trabajadores de estas protectoras.
¿Para qué tenemos todos unas cartillas médicas y una identificación de nuestros amigos perrunos si luego no nos las piden en los veterinarios?
Además, si nuestro perro se pierde y lo recoje otra familia que se lo lleva a vivir a otra comunidad autónoma, excepto en casos excepcionales como este, poco podremos hacer para recuperarlo.
En primer lugar, porqué lamentablemente la Administración central aún no tiene una base de datos de chips común para toda España, lo que dificulta mucho descubrir el origen del animal perdido fuera de su demarcación (en la mayoría de casos no vuelven a su hogar).
¿De qué sirve gastarte dinero implantando el chip por ley en un servicio tan deficiente como el que hay actualmente en España?.
Me alegro mucho por
Rocky y desde aquí le felicito por haber sido tan valiente. También felicito a los veterinarios
barceloneses que vieron a
Rocky en la perrera de
Mataró y que, al ver que no aparecía en el registro catalán,
no se rindieron hasta que no encontraron a su familia. Pero aún más me entristezco por todos aquellos perros que están lejos de sus familias.
¡LEY MARCO DE PROTECCIÓN DEL ANIMAL, YA!
Para más información...
http://www.fapam.org/entrega_firmas.htm