jueves, 21 de agosto de 2008

Eran 153 personas...

Testimonios aterradores. Ya no es sólo una persona o dos. Hoy decenas de familiares de los pasajeros del avión que ayer sufrió un terrible accidente al despegar desde el aeropuerto de barajas con destino a Gran Canaria relatan como los viajeros llamaron minutos antes del despegue para informar de que había algún problema y de que llegarían con retraso. La mayoría no regresarán jamás.

La impotencia nos invade a todos y nos hace preguntarnos que pasa por la cabeza de los técnicos cuando, aún sabiendo que un avión con algún tipo de defecto que porta 164 pasajeros (entre ellos 20 niños y 2 bebés) y 9 tripulantes en su interior va a iniciar su vuelo, son capaces de dar el visto bueno y darle orden al piloto de que despegue. En sus palabras recaen hoy 153 muertes y decenas de familias destrozadas por el dolor.
Las palabras de la abuela de uno de los fallecidos que hoy hubiese cumplido 23 años son desgarradoras. Entre sollozos, cuenta a las cámaras de televisión como su nieto, momentos antes de despegar, llamó a casa y explicó que unas luces rojas se habían encendido en el avión y que habían regresado desde la pista al aeropuerto de nuevo. Todo el mundo sabía que algo no iba bien. Entonces la gente había empezado a ponerse nerviosa y a decir que querían bajar del avión, con una respuesta por parte de la compañía de negación. Para calmar los ánimos, dijeron que todo estaba correcto y dieron la señal de despegue. Bastaron unos minutos para convertir una maravilla tecnológica en un amasijo de hierros.
No sé si se trata de un error humano o de una negligencia. Pero si hay personas culpables que jugaron a ser dioses con derecho a decidir sobre las vidas de esos pasajeros, espero que paguen por el dolor que han causado. Porqué ya no se trata de dinero. No eran billetes ni monedas. Eran mucho más que eso. Eran 153 personas (algunas de ellas no llegaban a los dos años de edad) que no volverán a ver amanecer, ni volverán a reír, ni a llorar, ni a sentir, ni a padecer, porqué cogieron un avión que nadie nunca debería haber tomado.



Mi más sincero pésame a los familiares, compañeros y amigos de las victimas.

Y confiemos en la recuperación de los pasajeros hospitalizados.

2 comentarios:

Efrem dijo...

No crec que hi hagi culpables en aquestes situacions, vull creure que no n'hi han, baja... que forma part de l'atzar de la vida. De les coses que ningú pot controlar ni preveure. Del risc de la vida. Que forma part de l'aprenentatge que t'ensenya que qualsevol dia pot passar qualsevol cosa, o ser l'últim sense cap raó, perquè la vida no és racional...

Ànims pels seus estimats que s'han quedat...

Salut!

Anónimo dijo...

Me gusto más tu artículo anterior sobre Walle. Ya sabes que sobre este tema no me gusta mucho opinar, pero también mueren cientos de personas en la carretera y no se está todo el dia en todas las televisiones dandole cancha al accidente. Cuando más discreción, mejor trabajarán los jueces para resolver quién o qué tuvo la culpa. El circo mediático sólo hace más daño a las victimas.